Receta para una moda sostenible
Receta para una moda sostenible
Artículo publicado en sicmoda.org en septiembre 2020
Si usted que nos lee acaba de aterrizar en la moda sostenible y no entiende qué es esto y en que consiste, por qué ahora parece que es tendencia y toda la industria reivindica sus posiciones como sostenible, slow, ético y esto le ha llevado a la web de la asociación de Moda Sostenible de Madrid con curiosidad y ganas de profundizar, intentaré arrojar algo de luz a su inquietud.
Me llamo Paloma García y hace seis años abrí en Madrid la primera tienda multimarca de moda sostenible (ahora mismo la única) movida por una necesidad de actuar y dotar de significado mi vida laboral dado que el panorama que se presentaba por delante era bastante desolador y como cuento en la charla TEDx del 2017 movida por la pérdida de equilibrio social y medioambiental en la que estamos inmersos, pero también personal.
Esto, además de ser una quijotada, me convirtió en catalizador de personas tan idealistas y proactivas como yo y dio como resultado que un año después en 2015 naciera la Asociación de Moda Sostenible de Madrid que evolucionó en Asociación Española para la Sostenibilidad, la Innovación y la Circularidad en Moda, desde donde escribo estas líneas.
Con muchas ganas de cambio, conciencia social y ecológica, amor por el diseño y la moda, compromiso ético, conocimiento de la industria textil y sus impactos negativos, necesidad de transparencia y evolución, se iba cociendo una receta para la moda sostenible en España que con el tiempo ha resultado ser sabrosísima y a la que cada día se van sumando más y más actores desde los distintos sectores de la industria textil.
The Circular Project para mí fue un punto de inflexión en mi vida laboral cuando tuve que pararme a pensar, después de un despido improcedente, cómo quería que fuera mi vida a partir de entonces y en qué estaba dispuesta a ceder para tener trabajo. Me di cuenta de que en muy poco. Necesitaba que mi vida tuviese un sentido pleno tanto en lo personal como en lo laboral y es ahí donde inicié mi proyecto. Fue una elección instintiva que me descubrió un mundo increíble donde se podían hacer las cosas de otra manera y donde la Economía Circular era una respuesta poderosísima que a su vez me llevaba al Ecodiseño, y todo esto dio nombre a mi proyecto :The Circular Project.
En esos momentos el objetivo era crear un escaparate para las marcas con un listón ético muy alto, que crean una moda muy consciente de su impacto y trabajan por minimizar esto con cada detalle. Mes a mes esto fue creciendo y las ganas de profundizar y afianzar el modelo hizo que evolucionáramos hacia al proyecto holístico en el que se ha convertido y donde se trabaja por favorecer y fomentar la moda sostenible y circular desde distintos frentes: comercialización, divulgación, formación, eventos que la hagan protagonista y, sobre todo, el cara a cara con el consumidor.
A su vez, había muchas ganas de gritar a los cuatro vientos qué otro modo de vestir es posible, de mostrar lo bonito que era por dentro y por fuera estar orgullosos de la ropa que llevamos puesta y comenzamos a sacar la moda a la calle con los primeros desfiles urbanos Let It Slow! que han desembocado en lo que es ahora la pasarela de moda sostenible Sustainable Fashion Week Madrid que ha sido como su puesta de largo.
Cuando en febrero del 2020 lanzamos la SFW Madrid la acogida fue buenísima, había mucha curiosidad y ganas por ver la moda desde el otro lado y saber qué estamos haciendo. Lo fundamental en esta ocasión ha sido el compromiso con nuestras emisiones de CO2, hemos hecho un informe junto a Areteia que serán compensadas gracias a PEFC España y conseguiremos el objetivo de Cero Emisiones, es decir, un trabajo completamente descarbonizado.
https://www.youtube.com/watch?v=fqLxX4-mwTU
Todo esto llevado por el impulso de la transformación desde la base de la industria textil desde la concienciación y la divulgación, apoyando a quiénes SI lo están haciendo bien y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible como hoja de ruta, interiorizados en cada acto cotidiano de nuestro trabajo.
La industria textil estaba muy bien como estaba, facturando cifras billonarias, fabricando como locos y en una escalada que parecía no tener fin. Y, aunque su puesta en entredicho venía de mucho antes ya que Greenpeace o Campaña Ropa Limpia llevaban años señalando todas las tremendas irregularidades medioambientales y sociales fue a raíz del derrumbe del Rana Plaza cuando comenzó a verse señalada con más contundencia por toda la sociedad desde diferentes sectores. Imposible esconderse, y no les quedó más remedio que mirar a dentro y ver cómo de sucia tenían la casa.
Ahora han empezado a implementar distintos planes de mejora y reconversión, pero a mi juicio son insuficientes y nada realistas con la situación a la que nos vamos a enfrentar de aquí a diez años. El objetivo es el decrecimiento controlado y la construcción de una industria radicalmente opuesta a la actual pero la inercia es muy poderosa y pretenden aplicar las mismas metodologías de siempre a un problema que requiere planteamientos mucho más complejos y más generosos.
El problema aquí es que no quieren que su cuenta de resultados se vea afectada (en cierto sentido es muy comprensible) y aplican, desde la inercia de formas de trabajar obsoletas, medidas a corto, medio plazo, pero no a largo y ahora hay que pensar qué se nos viene encima en diez, veinte años.
La mayoría del sector no entiende o no quiere entender qué supone aplicar la sostenibilidad en el sector. Tal vez, como diría Naomí Klein, lo saben mejor que nadie y por eso buscan atajos y subterfugios para no aplicarla en su dimensión más profunda y sincera. Aquí somos muy dados a los grandes gestos y ahora de un día para otro todos somos slow, sostenibles, ecológicos sin una reconversión en condiciones y sin haber interiorizado lo que esto supone a la hora de llevarlo a la práctica.
Una vez más diré que la moda sostenible es mesura, es decrecimiento y cualquier atajo que cojamos invalidará ese trabajo como sostenible.
Desde mi punto de vista hay que trabajar en lo local, lo pequeño, las estrategias de cercanía, pero también focalizar en lo ecológico, las energías renovables y la creación de empleo verde, la concreción holística y sistémica de todo el proceso, el trabajo en red, después hacer que esto se replique de a pocos en cualquier rincón del planeta.
Esto no está ocurriendo, por tanto, se trabaja en dirección contraria y el tiempo corre.
Aplicar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la industria textil no va a ser fácil, pero será una labor apasionante. De todos depende de aquí a diez años sentirnos orgullosos de lo conseguido.