Haciendo memoria, artículo de Salvemos Béjar
Haciendo memoria
Reflexiones de la plataforma Salvemos Béjar
Artículo escrito por Sara de la Fuente, Natalia Mayo, Carlos García y Elena García
Haciendo Memoria, hace un par de años ya, Salvemos Béjar comenzó a andar ¡cómo pasa el tiempo! Muchas habían sido las conversaciones entre amigos sobre el estado de la ciudad, cada día con menor población y más envejecida; con ello menos servicios y menos empleo, cosa que agrava la situación.
Muchos de los jóvenes que emigramos para estudiar fuera de nuestra ciudad vemos como en décadas la situación no se ha revertido, no se han producido cambios ni existen visos de que así pudiera suceder… de esta forma, Salvemos Béjar nació con la intención de ser “la voz del pueblo”, un enlace entre el ayuntamiento y los ciudadanos, recoger propuestas, sugerencias, quejas, peticiones… y trasladarlas a aquellos que nos gobiernan para, entre todos, hacer mejor nuestra ciudad, nuestra tierra, remar en la misma dirección.
¿Cómo se concretó todo esto?
Llegó por tanto el día en que decidimos lanzarnos, formalizarlo, y mostrar a nuestros vecinos y vecinas la posibilidad de crear un proyecto mediante la participación para intentar paliar los efectos de la despoblación en la ciudad, en especial en uno de sus barrios: La Antigua. Ésta ha sufrido el problema por partida doble, con migración dentro de la propia localidad y al exterior. Dejando así al barrio desprovisto de vida cultural, financiera, e incluso social. Además, el estado del vasto patrimonio de nuestra ciudad es pésimo, y las pérdidas patrimoniales en los últimos años han sido continuadas: viviendas tradicionales derruidas, intervenciones desafortunadas en los bienes de la ciudad, demolición de fábricas para dar paso a promociones de obra nueva en una ciudad que ha colgado el cartel de “SE VENDE” en un gran número de inmuebles, o en otras ocasiones, a infraestructuras de dudosa utilidad, que lejos fomentar la participación entre la ciudadanía, aleja los eventos populares de las calles del centro y con ello de los negocios locales.
Decidimos convocar a la ciudadanía en el Convento de San Francisco, centro cultural de la ciudad, en una pequeña sala cedida por el ayuntamiento. Allí, presentamos el Concurso de Arquitectura Richard H. Driehaus, un concurso internacional dirigido a promover la práctica de una arquitectura y un urbanismo que preserven y den continuidad a las tradiciones locales y que contribuyan a generar una estructura urbana más bella, coherente, sostenible y socialmente integradora. Se mostró la propuesta enviada el año anterior, tras la cual, el vecindario planteó llevar dicho proyecto a un terreno mucho más funcional y aportó varias ideas: mejora de los servicios públicos (los vecinos de esta zona llevan años reclamando un dispensario médico), mejora en el transporte para acceder a los servicios actuales, incremento de la seguridad en las calles mediante la reducción de tráfico, fomento del comercio local… De este modo, recabamos las ideas y opiniones de los vecinos para enviar la candidatura. Además, lo vimos claro: todas las propuestas tenían un denominador común, lejos de buscar un barrio turístico, pretendían construir un barrio para los vecinos.
Casino Obrero
La buena acogida por parte del público y la diversidad de propuestas nos motivaron a continuar, con lo que se sucedieron dos reuniones más para concretar la propuesta que se enviaría. Eso sí, estas reuniones ya no se celebrarían en el Convento de San Francisco, sino que nos vimos obligadas a buscar otro lugar. Ese fue el Casino Obrero, institución centenaria de la ciudad surgida durante el auge de la Industria Textil para beneficio de todas las obreras y obreros de la época. Institución por la que pasaron grandes personalidades de la época. En las dos reuniones siguientes la asistencia se vio reducida y dejamos de contar con la presencia de representantes del equipo de gobierno. Sin embargo, desde la oposición se siguió tomando nota de las propuestas allí recogidas y participando activamente.
Durante este proceso, nos dimos cuenta de la necesidad de volver a reclamar que la ciudadanía se pusiera en el centro de las políticas municipales, que se hablara de servicios e infraestructuras en el medio rural y de creación de empleo estable. Este último alejado o, al menos, complementario al turismo. Actividades vinculadas a la castaña, a la cestería, servicios públicos, pequeño comercio y artesanía, así como la recuperación de la actividad textil. Siendo esta última la que quedaría reflejada en el concurso, mediante la rehabilitación de una antigua fábrica para la puesta en marcha de una escuela de vestuario textil y una residencia que complementara dicha escuela buscando atraer así nueva población y puestos de empleo, que podría repercutir en otras empresas al tener que dotar a la escuela de material, apostando por una actividad que en la ciudad se remonta ocho siglos atrás.
Premio de Arquitectura Richard H. Driehaus
Tras unos meses, llegó la resolución del jurado, pasando Béjar a la segunda fase y tras la cual pudimos conocer el estudio ganador del concurso de ideas: “Jiménez & Linares”, formado por Elena Jiménez y Abelardo Linares. Mediante la propuesta se rehabilitaría el obrador como escuela de artes y oficios textiles, construyéndose junto a ella la residencia de estudiantes en unos solares cercanos fruto de una demolición anterior dentro del entramado histórico. Tanto en la rehabilitación como en el edificio de nueva planta se utilizarían técnicas y materiales de la zona.
Tras esto, Salvemos Béjar continúa en activo, pese a las dificultades que supone que gran parte de nosotros nos encontremos dispersos por el país por diferentes motivos. Lejos de ser un obstáculo, es un motivo más para luchar desde la distancia y poder así volver a nuestra comarca. Gracias a las nuevas tecnologías y a las visitas a la ciudad en momentos puntuales del año continuamos intentando que nuestra ciudad sea más amable y sostenible, más participativa, inclusiva y tolerante.
Cambio global, acciones locales.
Somos conscientes de que todo cambio global, viene dado por acciones locales, por ello parte de nuestras actuales reivindicaciones se orientan en este sentido. Continuamos intentando difundir nuestro patrimonio y nuestra historia, concienciando sobre el cambio climático y sus efectos sociales mediante la divulgación de los objetivos de la agenda 2030, en aras de acercar las instituciones a la ciudadanía propusimos la creación de la figura de un concejal de barrio que pudiera recoger los problemas de la ciudadanía (figura creada, pero que debería ser potenciada), nos mantenemos en contacto con otras asociaciones en defensa de la vuelta del ferrocarril al oeste, pues lo consideramos una infraestructura fundamental para la cohesión social y era parte del éxito de la gran Industrial Textil Bejarano en su época siendo el medio de transporte mediante el cuál se abastecía a todo el país y al extranjero, la vertebración del territorio, la lucha contra la despoblación y el desarrollo de un modelo productivo sostenible, en una franja del país con una densidad poblacional muy por debajo de la media.
España Vaciada
Estos problemas no son exclusivos de nuestra zona, sino que se enmarcan dentro de las reivindicaciones de la España Vaciada donde cada territorio, pese a sus diferencias, comparte el problema del olvido institucional sistemático consecuencia del centralismo y de un sistema de valores que olvida la riqueza intrínseca de los pequeños núcleos de población y su estilo de vida.
Así que, aunque Salvemos Béjar naciera como un proyecto de unión y de renacimiento para Béjar, no queremos terminar sin antes remarcar que también nació de un sentimiento común: el olvido del medio rural por parte de un sistema en el que parece que solo caben aquellos núcleos urbanos al servicio de una globalización desigual, que margina entornos y culturas autóctonos.
No podemos terminar sin antes mencionar, e incluso dar las gracias a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, no nos malinterpretéis; esto está suponiendo un atisbo de luz, un rayo de esperanza, un cabo del que tirar para que la industria textil bejarana, vuelva a florecer. Ya se están viendo mascarillas “made in Béjar” por todo el territorio nacional.
Esto, unido a las grandes potencialidades que aportaría la puesta en marcha del proyecto conseguido gracias al concurso Richard H. Driehaus, antes mencionado, y a la insistencia que se está haciendo por la posible vuelta del ferrocarril al oeste español, supondría el resurgimiento social, económico y cultural de la ciudad. Pero para ello se necesitan mucha colaboración, unión y sobre todo, ganas y formas de buscar los medios para que se lleven a cabo.