Moda Sostenible, Derechos Humanos, y Black Friday
Moda Sostenible, Derechos Humanos, y Black Friday
Artículo escrito por Saray Bedoya para The Circular Project
La fast fashion es una de las industrias más grandes con 100 mil millones de piezas producidas cada año (Clean Clothes). 1 de cada 6 personas globalmente son empleadas por esta industria y 80% de los empleados, son mujeres (UNECE). En una encuesta contestada por diferentes empresas, 93% revelaron no pagar adecuadamente a sus trabajadores de la confección (Fashion Checker). En un estudio de abril del 2020, solo 3% de trabajadores de la confección contestaron que estaban comiendo una cantidad de comida adecuada (Fashion Checker). Estos son los trabajadores que producen las prendas que se venden barato en tiendas como H&M, Zara y Victoria Secret pero lo que no le cuesta a uno, le ha costado a otro. Estas prendas de ropa se han hecho con la sangre, el sudor y la dignidad de personas que buscan oportunidades laborales dignas y que sus Derechos Humanos son violados.
Las condiciones de estos trabajadores son horrendas y denigrantes, como lo demostró Rana Plaza en el 2013, un homicidio industrial masivo en donde murieron más de 1000 personas cuando la fábrica se derrumbó. Desde ese entonces muchas empresas han sido presionadas a cambiar sus modelos de negocios de lo cual ha resultado el greenwashing o lavado verde. El greenwashing es un término que el activista ambiental Jay Westerveld acuñó en los 80s “para denunciar cómo las empresas buscan abaratar costos disfrazando sus medidas como ‘ecológicas’” (Endémico). Es un método de marketing que las empresas utilizan para ganar la aprobación del público haciéndoles ver más sostenible de lo que actualmente son. Esto puede incluir el uso o la omisión de ciertos colores y palabras. Por ejemplo, en el 2019, H&M lanzó una línea de ropa verde llamada “consciente” que fue comercializada como una colección de ropa con beneficios ambientales, sin embargo, los beneficios no fueron especificados (Earth). Otro claro ejemplo de esto, es Shein, una empresa conocida por sus graves violaciones de derechos humanos, que fue investigada por tres periodistas chinos de la ONG quienes reportaron que las fábricas de Shein son extremadamente pequeñas, existe un alto riesgo de fuego y las ventanas están cerradas. Aún más, los trabajadores trabajan 75 horas por semana sin pago “overtime” (Let’s do it Foundation).
Además de la violación de derechos humanos en las fuerzas laborales, la moda es la industria más contaminante, detrás de la industria petrolera. Muchas prendas de ropa están hechas de algodón o fibras sintéticas. El algodón es algo natural pero no solo porque sea natural, es sostenible. El algodón es intensivo en consumo de agua y requiere pesticidas peligrosos. Las fibras sintéticas “son responsables del 35% de los microplásticos que contaminan nuestros océanos” (UNDP). En India el río Ganges, el río más sagrado del país, está tan contaminado por los químicos y tintes de la moda rápida que se le llama el río muerto. La comunidad dice que pueden adivinar el color de la temporada mirando qué color pinta más el río. En esta comunidad es común tener un miembro en cada familia afectada de la salud por el río (The True Cost). Lamentablemente la actitud hacia los trabajadores y el ambiente no ha cambiado mucho pero los movimientos como la moda sostenible intentan hacer un cambio.
¿Qué es la moda sostenible? La moda sostenible es un modelo de producción basado en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Es un proceso que prioriza “la disminución de los impactos ambientales en toda la cadena de producción, utilizando materiales más ecológicos o con menor impacto y reduciendo la contaminación medioambiental y la huella de carbono de los productos, así como contribuyendo a crear un comercio socialmente más justo, apostando por unas mejores condiciones económicas y laborales de los trabajadores” (Mao Consulting). Con la moda sostenible se puede lograr un comercio justo. La moda sostenible forma parte de la economía circular que “es un modelo de producción, distribución y consumo en el que el valor de los productos, materiales y demás recursos permanece el mayor tiempo posible (p. ej., reciclando, reparando, etc.), potenciando su uso sostenible y eficiente y reduciendo al mínimo la generación de residuos” (Fundación Economía Circular). Más allá, individualmente podemos hacer estas 6 cosas para participar en una economía circular y promover la moda sostenible:
- Dejar de comprar fast fashion
- Dejar de participar en compras impulsivas como el Black Friday
- Comprar ropa de segunda
- Apoyar los negocios de moda sostenible
- Apoyar la campaña de ropa limpia
- Compartir el conocimiento
Condiciones de trabajo justas es un derecho humano. El acceso al agua limpia es un derecho humano. Un lugar justo no debe ser una utopía, si no la realidad. Queremos una industria de textiles justa, sostenible y transparente.
La Fast Fashion en cifras
- En comparación con 2000, el consumidor de hoy compra 60% más de ropa mientras que el 40% de la ropa en nuestros armarios nunca se usa. (UNECE)
- En Inglaterra, 1 en cada 3 de mujeres jóvenes consideran que la prenda es vieja después de una o 2 usos (The Guardian).
- 3 de cada 5 prendas de ropa terminan en la basura después de un año (Clean Clothes).
- Los programas de reciclaje se han vuelto populares en las tiendas de Fast Fashion pero solo el 22% de las empresas revelan lo que hacen con estas prendas (2021 Fashion Transparency Index).
- La industria de la moda es el segundo mayor usuario de agua en todo el mundo y produce el 20% del desperdicio mundial de agua (UNECE).
- Solo 5 de las 250 empresas más grandes de moda publican datos sobre la cantidad de empleados que son pagados un salario digno (Fashion Transparency Index).
- Un estudio de 2019 reveló que la ropa de fast fashion contiene hasta 60% de plástico (Unearthed).