Reformulando el progreso
Reformulando el progreso
….
“Inventamos una montaña de consumo superfluo. Hay que vivir comprando y tirando sin darnos cuenta de que lo que gastamos es tiempo de vida”
José Mújica, expresidente de Uruguay
….
….

Extraer recursos. Fabricar Objetos. Vender lo innecesario. Comprar apariencias. Tirar sin medida.
Y vuelta a empezar.
Desde hace más de un siglo nuestro modelo económico y de vida se ha sustentado en ir siempre a más, más producción, más consumo, más cuota de mercado, más mercado. Una sociedad en vías de desarrollo, en continuo progreso, tenía que pasar por todas estas fases con buen ritmo y sin mirar a los lados, siempre hacia adelante sin importar qué consecuencias traía de la mano este crecimiento desmedido y entendido como progreso. Hasta hoy.
Nada ha servido para frenar esto, ni Pactos como el de Roma, ya hace más de 50 años, ni el de la Moda hace apenas uno, ni Cumbres de Kioto o de París, ni informes como “Nuestro futuro en común” (Brudtland) han sido suficiente para hacernos reaccionar como sociedad en esta huida hacia adelante donde el desgaste de un planeta finito no entraba en los cálculos. Ha sido la propia Naturaleza y sus procesos biológicos y atmosféricos quien ha puesto las cartas sobre la mesa y nos ha dado un tremendo toque “reaccionar porque los únicos que sobráis con vuestros procesos humanos sois vosotros y os echaremos de aquí si persistís en el error”.
En 1976 el cantante brasileño Roberto Carlos publica su canción “El Progreso” imposible no recordarla hoy, después de 45 años en los que habremos tarareado esta canción cientos de veces con actitud soñadora, sin entenderla, sin reaccionar, mientras alimentábamos a la bestia que nos devoraba, nos imponía sus leyes, nos anulaba, y banalizábamos el mismo mal (que diría Arendt) que nos ha traído hasta aquí.
Según la definición oficial, progreso consiste en un desarrollo, un avance, una mejora y, asociado a la especie humana, supone en mejoras en sus condiciones de vida como individuos y como sociedad. Más comodidades, más poder adquisitivo, más propiedades, más, más. Más.
Y de repente marzo del 2020.
De repente en marzo del 2020 el mundo se paralizó forzado por una pandemia globalizada que nos obligó a permanecer quietos: no salir, no comprar, no relacionarnos, no trabajar, y a su vez nos llevó a ver a vista de pájaro nuestro planeta en calma total tomado por la Naturaleza y todos los seres vivos que la habitan y a quienes les robamos su espacio.
Durante unos meses, no nos quedó otra alternativa que mirar hacia adentro, reflexionar y tomar conciencia del punto en el que estamos ¿Habíamos progresado? ¿O hemos ido en contra de nuestros propios intereses?
A las bravas fuimos espectadores de cómo sería si de pronto comenzamos a hacer las cosas bien y tuviéramos el escenario adecuado. También nos hicimos conscientes de la pupa que hemos hecho durante décadas, pensando que hacíamos un bien y en nombre del progreso. Arrasamos todo a nuestro paso y hoy nos encontramos que el tiempo es escaso y que debemos reaccionar eficaz y coordinadamente.
El progreso, tal y como lo entendíamos, se ha ido vaciando y ha comenzado a adquirir otro significado. El nuevo progreso, en palabras del antropólogo Emilio Santiago, tiene lugar en una sociedad donde cobre sentido la noción de Lo Suficiente y su aplicación.
Progresar hoy supone que, dentro de diez, veinte, años hayamos sido capaces de reconducir la situación hacia una sociedad que no vaya en contra de sus propios intereses, una sociedad en armonía con la Naturaleza, con la Humanidad y en la que la Sostenibilidad sea la palabra clave. Progresar y evolucionar a una sociedad más inteligente supone que todos nos sintamos interpelados en esa transformación, es pasar de una sociedad extractiva a una circular, de una sociedad con un alto grado de emisiones a otra descarbonizada.
Progreso es que nuestro armario no tenga más prendas que las imprescindibles y cuya confección se haya hecho de forma local y transparente, reduciendo emisiones, desigualdades sociales y daño medioambiental.
Progreso es dotar a nuestra manera de vestir de un contenido del que hasta ahora carecía y que esto transforme todo nuestro entorno a mejor.
Progresar será dejar de ser consumidores y comenzar a ser ciudadanos.
Progresar es transformar.
Progresar es parar.
Enero, 2021
Paloma García López
Directora de la Circular Sustainable Fashion Week Madrid – CSFW Madrid