De la cantidad a la calidad, Ana Moreno
Me llamo Ana Moreno, soy de Madrid y me declaro consumista. Como todos, supongo, o más bien, suponía…
No hace mucho tiempo, concretamente, cuando entré en el instituto, comencé a cogerle gusto a eso de llenar el armario de prendas. Recuerdo perfectamente cómo las grandes firmas intentaban llevarnos a todas vestidas de forma tan idéntica hasta el punto de habernos enfadado en más de una ocasión entre nosotras al descubrirnos un día con la misma camiseta o falda. Supongo que, la sociedad en general y las personas con las que te rodeas acaban por definir tus gustos, tus hábitos y hasta tu forma de pensar. Y es por ello que recuerdo exactamente el momento en el que salir de compras comenzó a ser una rutina que se repetía semanalmente.
A día de hoy mi armario habrá visto desfilar montones de prendas. Pero esto no lo consideras nada alarmante cuando te han hecho ver que los centros comerciales son el mejor sitio de ocio al que puedes acudir en un fin de semana y que, por ende, el “shopping” es el mejor pasatiempo. Pasatiempo que además, va elevando tu nivel de endorfinas al mismo tiempo que merma tu dinero; Algo que, pensándolo fríamente, suena un poco descabellado, ¿no?.
El caso es que una persona tan fanática de la moda termina decidiendo ligar su futuro profesional con su actual debilidad (por aquello de que el que trabaja en lo que le gusta, nunca trabajará). Por ello, finalmente decidí orientar mis estudios al ámbito del marketing enfocado en la moda. Y es así como, en búsqueda de prácticas universitarias y un tema interesante para mi trabajo fin de máster, Google me dio una pista: Paloma G. López, The Circular Project, Moda Ecológica.
Hasta entonces, desde el punto de vista moral y ético nunca he dudado que nuestro hábito de compra masiva, y más aún si es a precio de coste, se traducía en esclavitud en países menos desarrollados y la negación a la educación a niños que no tenían la culpa de haber nacido allí. Pero, ¿cómo puede una persona cambiar las normas del juego si no existen alternativas?, ¿acaso no son todas las firmas así?. ¡Incluso las pequeñas tiendas de barrio que aún resisten en la localidad en la que vivo traen sus prendas del famosísimo polígono de Cobo Calleja!. Y es quizá por todo ello por lo que no te planteas frenar en seco tu demanda. No al menos hasta que descubres que hay quien trabaja por recuperar talleres nacionales, ofreciendo un trabajo con un salario acorde y dejando de lado las malas condiciones y los sistemas a destajo.
La labor de Paloma es la de reunir a todos estos diseñadores que recuperan el amor por lo artesano y la elaboración de prendas en entornos laborales mucho más racionales. Pero además, y de ahí que sea moda ecológica, la labor de todo el proyecto en su conjunto incide también en esa Responsabilidad Social Corporativa que tantas empresas presumen de tener pero que termina por cojear: una labor sostenible no sólo para con los trabajadores, sino también con el medio ambiente a través del empleo de tejidos estrictamente seleccionados y etiquetados para que el consumidor pueda conocer en todo momento qué es lo que está adquiriendo y por qué el empleo de ese tejido y no otro. Toda esta labor se traduce en calidad; tanto de las prendas, eliminando así la obsolescencia programada, como del planeta en que vivimos.
En definitiva, The Circular Project es un espacio multimarca de moda sostenible desconocido para todos aquellos que venimos del consumo en masa, y que solo puede hacerse un hueco en nuestras vidas en el momento en el que nos planteamos qué impacto tiene nuestra ropa, y qué se puede hacer por cambiar los patrones que hoy en día orientan a las empresas.
A día de hoy, soy responsable en marketing y comunicación en este gran proyecto y he tenido la oportunidad de conocer a personas muy familiarizadas con la moda sostenible. Confieso que en mi caso hay mucho en lo que trabajar, pero comienzo a cuestionarme mis propias actitudes de compra, algo que, por ejemplo, el primer día que conocí a Paloma no ocurrió (¡de forma muy natural la confesé que tras la visita al proyecto, me acercaría a Primark a comprarme un bolso! Cosa que, finalmente no hice gracias a la charla que mantuvimos sobre la ética empresarial que mantienen determinadas empresas). Ahora se que es mucho más inteligente comprar una única prenda, pero sabiendo que va a durarme, que comprarme tres y deshacerme de ellas a los tres meses.
Ana Moreno – Marketing y Comunicación en The Circular Project
Mar Auñon
Estoy contigo Ana,hace tiempo descubri Lo ecológico y la repercusión de todo lo que conlleva que tu compres tan barato.Aunque mi economía no me permite hacer todo lo que quisiera,si que evito en la medida que puedo.Que estas compañías se lucren acosta del trabajo infantil,de llevar sus producciones a países que no son el nuestro,de que barrios de nuestra capital,parezcan de otra ciudad por las tiendas que allí se han instalado.Pero para poder seguír a tu ética,efectivamente primero hay que cambiar la mentalidad,para mi es lo primero.
Enhorabuena,por tu artículo.
Ana Moreno
¡¡Muchísimas gracias Mar!! Efectivamente, es una lástima ver cómo poco a poco desaparecen los comercios de barrio, qué técnicas emplean las grandes empresas para lucrarse, y cómo vamos dejando de valorar lo que tenemos por culpa del “fast fashion”… Estoy convencida de que todo tiene límite, y que poco a poco volveremos a los valores que antiguamente se tenían.
¡Un saludo!